Lo prometido es deuda, amigos. Acá les dejo sin muchas vueltas la última parte de la entrevista de Q a Panic at the Disco. Cualquier duda sobre el texto, me preguntan.
Pete Wentz describe a Ryan Ross como "el cerebro y el corazón de Panic at the Disco". El guitarrista que repartió la extravagante instrumentación (incluyendo acordeón), y letras amargas sobre engañar novias y elitismo rockero, fue quien definió A Fever You Can't Sweat Out.
Sacando buenas notas en la escuela, Ross siempre era callado y reservado.
Hoy, sentado en un restaurante de Las Vegas, con sombras cubriendo sus profundos ojos marrones y de brazos cruzados, aún parece tímido y distante. Su acento arrastrado está condimentado con humor seco.
"Ryan es un poco más prudente, un tanto introvertido, un poco escéptico", dice Urie. "Él toma todo con una pizca de sal".
A pesar de esta fachada cautelosa, hay una vulnerabilidad infantil para Ross. "Es el más inmaduro de la banda", dice Jon Walker, quien es el compañero de piso del guitarrista. A principios de este año, les desconectaron la electricidad porque Ross invirtió en un piano en lugar de pagar las cuentas. Tres semanas después, tampoco tenía agua caliente. Cuando se le pide una descripción de sí mismo, Ross medio bromea diciendo "olvidadizo y vago".
Como Urie, Ross nació en los suburbios de Las Vegas. Sus padres se separaron en 1989, y el fue a vivir con su padre, un ex-marino. Cuando Ross tenía cinco años, Spencer Smith lo descubrió arrojando pelotas de golf de plástico en su patio trasero. "Parecía un chico genial para divertirse", dice.
Ambos se hicieron amigos. Cuando cumplieron 12, les regalaron instrumentos musicales en el mismo día. Smith tomó la batería, Ross la guitarra. Más tarde formaron Summer League con Wilson en el bajo, aunque Ross encontró poco ánimo de parte de su padre.
"Papá pensaba que yo pasaba demasiado tiempo con la guitarra", dice calladamente. Su relación estaba quebrada. El padre de Ross era un bebedor y dudaba de las ambiciones musicales de su hijo. Trabajó duro para inscribirlo en una escuela católica privada. Ryan, sin embargo, era ateo. Ambos peleaban y encontró difícil vivir en esa tensa atmósfera en casa. Su padre tomaba cada vez más mientras él se quedaba con su novia o con sus amigos de la banda por semanas de vez en cuando.
Pero conforme crecía el éxito de la banda, el señor Ross comenzó a entender el entusiasmo de su hijo por la música. Padre e hijo se reconciliaron. "Se volvió un gran fan de la banda", dice. Pero mientras Ross estaba de gira en 2006, su padre falleció en sueños por "causas naturales".
Hablar con Ross es agradable, si se presenta la oportunidad. Sólo habla cuando se le pide, y va soltando la información de a poco, como escasas ráfagas.
Al hablar de la muerte de su padre, las explicaciones se vuelven más distantes. "Debido a que me iba bien con la banda, supongo que consideró que su trabajo estaba hecho", concluye. "Morir mientras dormía fue mucho mejor que morir en un horrible accidente".
Incluso desde el principio, Urie y Ross tuvieron la dinámica clásica del rock'n'roll; el energético cantante y el guitarrista callado y visionario. Como dice Urie: "Soy el problemático. Soy muy impulsivo. Ryan es muy tímido."
Aunque al principio, los roles estaban invertidos. Urie fue inicialmente el segundo guitarrista de Summer League, mientras que Ross era el vocalista principal al mismo tiempo que tocaba la guitarra. Pero conforme la banda comenzó a tocar en fiestas locales, quedó claro que Urie tenía un rango vocal más impresionante. Ross alegremente dio un paso al costado del micrófono. "Prefiero estar en la esquina del escenario", dice hoy. "Se siente más seguro".
Urie puede haber sido siempre el rostro de la banda, pero aún cantaba las intrincadas letras de Ross, inspiradas tanto en el autor de Fight Club, Chuck Palahniuk, como en sus propias clases de escritura creativa en la escuela. Esto a veces traía problemas. "Tenía que cantar cosas como 'formaldehído' ["The rooms have a hint of asbestos and maybe just a dash of formaldehyde", de Build God, Then We'll Talk]", recuerda Urie. "Era difícil".
Hoy, esta división de labores está repartida en cantidades iguales.
Habiendo cambiado su nombre a Panic! at the Disco en 2005 (el signo de exclamación fue sacado para Pretty.Odd.), la banda grabó dos canciones en una laptop y las dejó en el buzón de mensajes de Fall Out Boy, esperando el reconocimiento de los fans de la banda. Funcionó mejor de lo que esperaban. Impresionado con las canciones, Pete Wentz telefoneó a Ross. El bajista estaba grabando en Los Ángeles, ¿había forma de que los conociera? Días después, viajó a Las Vegas para verlos ensayar. Posteriormente los hizo firmar en Decaydance.
"Podía ver el potencial", dice Wentz. "Pero no podía predecir que empezarían a disparar gente fuera de los cánones en el escenario y que irían en este loco viaje musical".
Los Ángeles, 27 de Marzo. La última parada de su "loco viaje musical" ha traído a Panic at the Disco al set del show en vivo de Jimmy Kimmel, el equivalente americano de Friday Night With Jonathan Ross. Detrás de cámaras, la banda elige sus uniformes –Urie toma una camisa cachemira y un chaleco, Ross toma pantalones de pana beige y un pañuelo de vaquero. Sólo Walker se rehúsa a ir a juego con la temática del escenario, prefiriendo en su lugar vestir una camiseta y un canguro sobre sus jeans. "Nos gusta vestirnos", dice Urie. "Eso es lo único que tenemos de conexión con Las Vegas –los grandes shows. Algunas de las mamás de mis amigos fueron cabareteras".
Una vez instalados en su presentación –un escenario al aire libre ubicado en el aparcamiento del estudio- la banda toca el single Nine In The Afternoon. Sobre el escenario, Ross permanece al margen, con su atención puesta en sus pedales de efectos. Urie sacude su cabello y revolotea por el escenario, haciéndole caras a Ross y riéndose por las chicas que gritan en el público.
Habiendo enfrentado el humo y el espejo de la televisión en vivo, la banda se dirige detrás de cámaras. Con el trabajo duro ya hecho, Urie empieza a discutir los planes para la noche. Ya han dejado el cuarto verde del estudio en mal estado. A su alrededor quedan los restos de inactividad: cajas de pizza vacías, envoltorios de sandwiches Subway y botellas de cerveza Sol.
Ryan Ross habla de organizar una fiesta. Las noticias dicen que Pretty.Odd. ha entrado en los conteos de media semana en el puesto número 1 en su primera semana de lanzamiento.
"Eso es bastante genial", dice calladamente como si estuviera sosteniendo un sándwich particularmente aburrido. Dada su naturaleza introvertida, la fiesta parece ser un asunto subestimado.
Típicamente, Brendon Urie es más optimista. "¿De verdad?", dice con una risa, inclinándose hacia atrás en su silla y tomando resistencia en una reunión imaginaria, indicando sus exactos arreglos sociales para esta noche. "Eso es increíble".Etiquetas: entrevista, patd, revista, scan, tyv
